Hoy no vamos a utilizar este blog para publicar una entrevista a un cantante. Tampoco una
crónica de un concierto. Ni siquiera para promocionar a algún grupo. Hoy nos ocupa un tema que trasciende de todo esto, porque hay una vida humana en juego.
Me quiero referir hoy en estas líneas a Abel Valcárcel Millán, también conocido como
Arzadous. Los que lean este blog, enfocado principalmente al rock y al rap, probablemente
desconozcan quién es. Pues bien, Abel es un dj y productor musical de hardstyle, una vertiente de la música electrónica con origen y especial relevancia en los Países Bajos. Precisamente allí, en los Países Bajos, en Holanda, se encuentra atrapado, pasando los peores momentos de su vida.
El pasado 5 de marzo este joven natural de Torrejón de Ardoz (Madrid) pero residente en
Haarlem (cerca de Amsterdam) sufrió un derrame cerebral, lesión inesperada e impropia en un chaval como él, joven, sano y fuerte.
Al parecer, en Holanda no entienden que un derrame cerebral es algo que reviste una enorme gravedad y que es necesario tratar urgentemente, sin importar nada más. Al parecer allí conceden más importancia a un simple catarro, siempre y cuando el que lo padezca tenga un apellido que empiece por Van y hable holandés.
Este desprecio, esa falta de humanidad, ha complicado la situación de Abel, que lucha con todas sus fuerzas para recuperarse, al tiempo que recibe cientos de mensajes de apoyo de sus amigos y seres queridos, a los cuales dejó en su tierra, en España, cuando decidió emigrar a territorio holandés para cumplir su gran sueño: iniciar su carrera como dj. Es precisamente a España donde él quiere volver –asumiendo riesgos que asusta imaginar- para poder ser al fin tratado decentemente, bajo mando de personas a los que al menos una vida humana les parezca algo por lo que merece la pena luchar. Sin embargo, los hospitales no proporcionan los informes médicos necesarios para que el traslado pueda hacerse efectivo, en un alarde de maldad que ha de ser conocido por todo el mundo.
Sin más, solo queda desear que todo salga bien, así como dar todo el ánimo del mundo a su familia, que está haciendo todo lo imaginable y más por ayudar a esta gran persona a salir de este pozo. Conociéndoles, seguro que lo conseguirán. Todos somos Abel.
En este enlace encontrarás más información y un diario que relata la evolución día por día de Abel.
crónica de un concierto. Ni siquiera para promocionar a algún grupo. Hoy nos ocupa un tema que trasciende de todo esto, porque hay una vida humana en juego.
Me quiero referir hoy en estas líneas a Abel Valcárcel Millán, también conocido como
Arzadous. Los que lean este blog, enfocado principalmente al rock y al rap, probablemente
desconozcan quién es. Pues bien, Abel es un dj y productor musical de hardstyle, una vertiente de la música electrónica con origen y especial relevancia en los Países Bajos. Precisamente allí, en los Países Bajos, en Holanda, se encuentra atrapado, pasando los peores momentos de su vida.
El pasado 5 de marzo este joven natural de Torrejón de Ardoz (Madrid) pero residente en
Haarlem (cerca de Amsterdam) sufrió un derrame cerebral, lesión inesperada e impropia en un chaval como él, joven, sano y fuerte.
Al parecer, en Holanda no entienden que un derrame cerebral es algo que reviste una enorme gravedad y que es necesario tratar urgentemente, sin importar nada más. Al parecer allí conceden más importancia a un simple catarro, siempre y cuando el que lo padezca tenga un apellido que empiece por Van y hable holandés.
Este desprecio, esa falta de humanidad, ha complicado la situación de Abel, que lucha con todas sus fuerzas para recuperarse, al tiempo que recibe cientos de mensajes de apoyo de sus amigos y seres queridos, a los cuales dejó en su tierra, en España, cuando decidió emigrar a territorio holandés para cumplir su gran sueño: iniciar su carrera como dj. Es precisamente a España donde él quiere volver –asumiendo riesgos que asusta imaginar- para poder ser al fin tratado decentemente, bajo mando de personas a los que al menos una vida humana les parezca algo por lo que merece la pena luchar. Sin embargo, los hospitales no proporcionan los informes médicos necesarios para que el traslado pueda hacerse efectivo, en un alarde de maldad que ha de ser conocido por todo el mundo.
Sin más, solo queda desear que todo salga bien, así como dar todo el ánimo del mundo a su familia, que está haciendo todo lo imaginable y más por ayudar a esta gran persona a salir de este pozo. Conociéndoles, seguro que lo conseguirán. Todos somos Abel.
En este enlace encontrarás más información y un diario que relata la evolución día por día de Abel.
Daniel Rodríguez Plaza
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